Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos,
tú en tu alcoba, pensando en mí, creo,
yo en la mía, pensando en ti…

Toda una vida enamorado,
sonámbulo en mis sueños
y mirando el claror de tu anhelo,
como mira Cupido desde el cielo.

Rezando para que tú me veas
como yo te veo:
mi amada, mi amante…
¡la musa de mis versos y mis deseos!