Observo tu maiestas, aún perplejo.
Subterfugio animal de la inconsciencia.
Élite de ternura e insurgencia
guarecidas de su propio reflejo.
Abarco en paz tu cuerpo circunflejo,
rendido a la inmoral aquiescencia.
¡Cómo abordar tan insidiosa ciencia,
ínfula libertaria ante el espejo!
Amor, no tengas miedo a la saeta
ni aguardes un milagro sin tu ayuda.
Infiel, desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos, desnuda.
Te cubro la evasión: desengrilleta,
olvida, avanza, extraigamos la duda.