En penumbras te idolatro,
de soslayo indago tu presencia
y armada de ilusión, te canto …
¿Cómo pudiera reírte a cada rato
acariciar tu cabello y tus pasos?
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
sin derramar mi alma que despierta
cada día de tus alas desierta,
destapo quejidos, soñándote.
Oh, sangre de mi sangre
que sin ti y contigo, late.