El silencio es un pañuelo
que cubre la voz latente…
mientras se apaga un candelero
de lumbre, tristemente.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
Como una antigua saeta
que no escucha ya a su Dios.
La luna, espejo baldío,
nos devuelve un reflejo sin fin…
un profundo y frío hastío,
desde el mudo azul jazmín.