ENVIDIA SANA
Desde que habitas en ti desorbitadamente quieta
la vida te parece más placentera,
más amable,
más tuya, extensa y casi excesiva,
te aplaudo,
envidia sana.
Saboreas cada momento sin atropellos innecesarios,
vives solo viviendo.
Y mientras tanto recuerdas aquel espacio eterno con él,
entre real e inventado,
entre los verdes y azules oscuros,
en el que está la noche entre los dos.