En tu mirada nace un mapa que no pregunta;
la casa guarda los nombres como un poema sin fecha.
La luna teje, a oscuras, un hilo de silencios.
Desorbitadamente quieta,
está la noche entre los dos…
Tu sombra dibuja mi nombre en la pared,
una letra que tiembla y se atreve a soñar.
Cierro la boca para escucharte mejor,
y en la costura de tu pecho cabe el universo entero.
El tiempo se queda afuera, aguardando la llave.