Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.
No gritamos, no nos miramos,
y el silencio más sonoro
se instala entre los dos.
Las palabras dichas,
hace unos instantes
retumban despiadadas
sin cesar entre los dos.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos,
y aun así sigo esperando
que todo haya sido un mal sueño
y que nuestro amor no haya terminado.