Opaca, amarga,
difunta,
la noche va contando las horas
que le quedan a nuestro lado.

Arrugada, mustia,
desmesuradamente herida,
desorbitadamente quieta,
está la noche entre los dos.

Deseosa de dejarnos aparte
sin molestar,
descalzos, solos,
con nuestros silencios.

Aletargados, rotos,
muertos.