Lo intuí en el instante que te vi por primera vez.
Tienes estrellas centelleantes en tus ojos.
Tienes el big bang por corazón.
El mío,
incrustado en tu sonrisa.
Di todo por tu universo alcanzar.
Y ahora lo sé.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.
Mi voz se ahoga en un cosmos que borbotea en sus labios.
Ese humo de tabaco cautivo.
Esa red que te tiene presa de sus encantos.
Declaré mi amor con un hogar lleno de flores.
Pero la dulce mariposa de su jardín eras tú.