Callan ahora las estrellas
que aprendieron tu nombre,
desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.
No escucho al ruiseñor
que me hacía temblar,
se marchitan las flores
que sonreías al mirar.
Los besos se pudren en la boca,
se atragantan las palabras,
se suicidan los versos.
Todo lo que soy
te busca sin encontrarte,
sideral es el espacio entre nosotros.