Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
a pesar de que nuestros corazones
vibran con un fuego interior
que no es propio de este mundo.
Nuestras palabras naufragan
en un firmamento perdido
en las lejanas tierras de Jeju.
Si pudiéramos estrechar nuestras almas,
la tierra se detendría dando paso
al nacimiento de las hermosas flores de loto.
Sin embargo, el silencio se hace eco
y desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.