La oscuridad cae como seda brillante,
tus recuerdos me envuelven,
entre suspiros canto tu nombre,
mientras fijo mis ojos en lo alto.

Contemplo la única luz,
con el anhelo de abrigarme en su brillo.
Mientras el frío sostiene mi alma,

Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.

Entonces asoma un reflejo de luz al pensar
que esta misma luna nos une en la distancia.