Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.
Hilo a hilo, teje la luna la distancia entre satélites;
y nada lee, en la mano del universo, al amor.
La Vía Láctea sabe más de infinitos que nosotros.
Cuánta calma tiene una estrella fugaz para llevar tantos sueños.
La nostalgia me ha dado la vuelta al sol,
y los años luz son oscuros ahora.
¿Quién no ha aguardado la esperanza en un amanecer?