Apareces
Te llamo y me apareces
mis ojos se aprehenden a tu esencia
y escucho tu cadencia embelesada.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.
Noche ciega. Tenebrosa despedida.
Y suspirando elegías y tejiendo nuestros sueños
como un seductor alivias tus huidas
en la espera:
de un otoño de paz y de armonía de palabra y poesía.
para limpiar de nuestro amor las cicatrices.
Ahora bendices este amor que no mereces
y aunque tropieces. Tú sabes del perdón en noche quieta.