Apenas lejos, desde este cabo, te diviso
como una gata en celo,
atravesada por el silente aullido de mi desierto.
Apenas lejos, los últimos suspiros del destino
nos separan como sesgados, suaves sueños;
sentencias coloreadas en tiempos musicales.
Te escribo y sé que escribo
para que no me leas. . .
El viento sopla con grandes ojos de pez enfermo.
desciende hasta tú páramo baldío,
pedregoso, despoblado, áspero.
Suena mi corazón como un Océano calmado.
Se agita al compás de tu amanecer,
ondeando su paciente quimera.
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