Mis lágrimas se sumergen en tus recuerdos,
en lo profundo de un mar atormentado.
Arrojo botellas al mar
con una carta de amor que nunca la recogerás.
Te escribo y sé que escribo
para que no me leas.
Y las botellas seguirán naufragando
entre las corrientes de tu indiferencia
y así seguirán muriendo,
sin ser leídas por ti.