Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
la danza mortal
de mariposas nocturnas sobre la flama
imprime laberintos sin salida en el aire.
También permanezco inmóvil
pero, si supieras que mi alma
se agita como aquellas,
no sé qué pensarías,
porque amo tu fuego y lo aborrezco,
porque creo volar libre, loco, hacia tu luz
pero sólo me acerco con dolor sacrificial
a inmolarme en tu llama.