Te escribo y sé que escribo
para que no me leas,
para que hagas tuyo el camino
por el que avanzarás con miedo.

Dando traspiés y cayendo
encontrarás la mano amiga
que te acompañe,
siempre alrededor del Sol,
sin ir más lejos.

Y algún día descubrirás el Universo,
mágico y poderoso,
cuando permita a la noche oscura
que nos junte de nuevo.