El cielo está cosido
con estrellas en cada extremo
puntadas de amor sobre tus labios
y el musgo cubriendo tu nombre
en el frío y húmedo invierno.
Te escribo y sé que escribo
para que no me leas en las primeras
escarchas de otoño
y no me abraces en los primeros
rayos de primavera.
Porque tu voz llueve sobre mi alma
y yo duermo esperando tu encuentro.
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