Mirada de persona deseada,
el revolotear de las hadas
en cansadas arterias, desiertas,
desorbitadamente quieta,
las ciertas llamadas, entradas
me invitan a relatar sin decir,
tu latir poblar, carne vivir,
en descanso, sin falso remanso
de lengua atada que es mi sufrir.
Sí, amor, me cierro, no te aflijas
si palabras no me visitan.
Está la noche entre los dos,
brillar con sosiego sin voz
a mi vida es magra cobija.