EL VIENTO Y LA LLUVIA
Te escribo y sé que escribo,
para que el viento disipe mis palabras
y lleguen a ti con alas rotas
o se borren bajo las gotas de lluvia,
para filtrarse en la tierra donde yaces.
¿Por qué este fluir del pensamiento
sorprendió mis manos, esta tarde?
¿Por qué no te dije, en su momento
lo que mis labios se morían por contarte?
¡Qué débil y cobarde me acuso,
negándote el amor en mi arrogancia!
escondido en la bruma, ignorante.
Ahora te escribo… para que no me leas.