Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.
El anhelo contenido:
el perecer de mis sentidos.
Esencia oculta en un alma en llamas,
el ansia de lo carnal que aprieta mis entrañas.
Mas no puedo volver a sentir aquello que deseo;
evocar este momento es lo único que tengo.
El eco del fruto prohibido,
el deseo escondido,
la obsesión por un amor que nunca fue mío.
Poseerla por esta noche:
y para siempre prendida en mi recuerdo.
Mas dejarla marchar es lo que debo.