Abro mi mente a cualquier influencia
pero si escribo sin inspiración, duele.
Las metáforas viran en mi mente,
pienso en ellas pero no las domino.

La poesía la percibo espontánea,
ser audaz es mi claro destino.
En tanto, las hojas secas
crepitan bajo mis pies.

«Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…»