No sé si soy, ni
si me llamo como me llaman.
Solo sé que soy como la hormiga loca que corre, camina, va y viene. A dónde, desde dónde, no sé.
La hormiga loca no sabe a dónde va.
Tampoco yo sé a dónde voy.
Ella y yo buscamos.
Quién sabe qué.
Por eso «te escribo y sé que escribo para que no me leas…»