Hay un nosotros nocturno
escapándose en un abrazo
que ya no nos entibia…
“Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos”
cantó con acierto García Nieto…
¡Ah, qué soledad acompañada!
No hay luna, pero sí fríos…
¡Ay, qué ganas de romper la velada!
¿Será prudente volver a empezar?
¿Qué tal un tú y yo nuevos?
Quizás en esta vigilia detenida.