Los poetas no escribimos, más bien nos destripamos
y tal vez por ello, de antemano advierto que sin tinta
estos versos me inspiras.
Te escribo y sé que escribo para que no me leas…
pero sí me sientas y sin oídos oigas
porque los poetas no mentimos, nos reflejamos;
Los poetas no soñamos, nos creamos.
No desfallecemos, solo nos adormecemos
si nos olvidamos de soñar, de creer y de escribir,
siendo entonces cuando no dejamos de mentir.