Te escribo y sé que escribo,
para que no me leas.
Te pienso y sé que existo,
para que no te mueras.
Cada noche te anhelo,
pregúntale a la luna.
Mi llanto llega al cielo,
buscando tu fortuna.
Hoy te grito en silencio,
para que no me escuches.
Hoy te abrazo a lo lejos,
para que no te culpes.