En esos días de tristeza, me invade la nostalgia,
los pensamientos no me dejan descansar,
los recuerdos se me acumulan, tantas cosas
que me contabas y yo no prestaba atención.
Recuerdo cuando murió mi padre, tu dolor,
la depresión que te impedía hacer vida normal.
Yo, una niña de diez años, asustada y temerosa,
necesitaba apoyo moral, tú sin empatía hacía mí.
Deseaba irme con mi padre, no sabía cómo.
En sueños hablé con él, me dijo que debía cuidarte.
Siento impotencia y rebeldía, desearía
poder rectificar y decirte que te quería.
Te escribo y sé que escribo para que no me leas,
pero yo ya te perdoné, comprendí tu tristeza…