Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
Viajaré contigo a otro planeta,
Aún no llega la carta del adiós.
Eres fe del luminoso cometa,
No necesito plegarias a Dios.
Yo soy mi propio profeta,
Ascendiendo las alas de vos.
Eres mi musa, yo cancerbero;
No le temo al cielo y al infierno.
El tridente brilla como lucero.
En el cráter divino del averno,
Rozando el prohibido sendero,
Jugamos juntos al amor eterno.