Te escribo y sé que escribo,
para que no me leas,
pues tu cuerpo marchito
yace hoy bajo azaleas,

Te fuiste pronto mi amor.
Tu voz suave se rompe
y una sombra se esconde
donde habita mi razón.

Habla en tu nombre el viento.
Solloza el pájaro azul.
La hierba altiva eres tú
rehusando mis lamentos.

Tañen ya las campanas.
Adiós, amiga, adiós.