La calle duerme,
sus faroles respiran un silencio antiguo.
Tu voz quedó flotando
como una hoja sobre el agua del recuerdo.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
Y aunque la luna nos mira desde lejos,
ya no caben palabras en la distancia.
Sólo el rumor del tiempo
cruza despacio,
sin nombre.