En esta pequeña isla
azotada por el viento
las gaviotas parecen cuervos
y un ogro rugiente parece el mar.
La naturaleza se renueva…
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos,
tú duermes tras la refriega,
yo escribo a mano unos versos
inducido por un poeta mayor,
unos versos de invierno en Tabarca,
incomunicada por el temporal,
aliado de nuestro encuentro.