En la estación, el megáfono confiesa su tartamudeo.
El aire huele a óxido de lluvia y a domingo.
Traes una flor sin tallo: puro gesto.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
Se repliega la ciudad como un mapa vencido.
Hablo bajo, para no despertar al pasado.
Me respondes con la frente en mi frente.
El tren, por fin, aprende a llegar tarde.