Amor, que observa muchos años,
del cielo baja a tumba abierta
por enlerdar a dos huraños
matar su amor en tarde muerta:
“No es fácil calcular los pros
¬a quien no dé ─dirá─ completa
salida al tiemblo de un adiós”.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.