Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos,
ni un murmullo, ni una voz,
solo la luna nos mira inquieta
ocultando su pálido fulgor.
Siento de tu cuerpo su calor
Que funde y embota mis sentidos
Alterando el ritmo de mis latidos.
Absorto la calma presencio,
con el estruendoso ruido de tu silencio.