Noviembre apaga el color,
entierra la tarde
y huye hacia el silencio,
entre las grietas de la calle.
Se esconden los sonidos,
se diluyen en el espacio,
y solo quedan los suspiros
de la prisa, del despacio.
Y mientras,
las últimas hojas de otoño,
en su piel dicen adiós,
desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.