Te escribo y sé que escribo,
para que no me leas…
y así no vuelvas aquí;
al desierto existente
entre estas dos vidas paralelas
que discurrieron tangentes
y que alguna vez se cruzaron.
Ciega luz de ventanas abiertas.
Hoy los espejos enfrentados
en su infinita geometría
desmenuzan los porqués.