Escribo para llenar el espacio que dejas,
para inventarte en cada línea donde no estás.
Eres esa ausencia que se instala en mis manos,
un silencio terco entre las palabras que insisto.
Busco tu sombra en cada letra que dibujo,
y aunque no vengas, igual te hago regresar.
Tal vez en cada palabra pierdo un poco de ti,
tal vez, en estas líneas, aprendo a despedirme.
Te escribo y sé que escribo
para que no me leas.