Huele a viejo.
Recuerdos agridulces.

Siempre había una historia que contar
Siempre había hambre de fantasías reales,
Porque en la realidad y,
Solo en la realidad,
Todo es posible.

Siempre había un frasco de vino abierto
Y más de una silla.
Una siempre estaba vacía.
Esperando.

Hoy,
te escribo y sé que escribo,
para que no me leas.