Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.
Tu alma, tan lejos del reloj;
La mía, deseosa de vida.

Solo un minuto más alerta,
A tu cara, tus ojos cerrados.
En tu interior, abrazados,
viéndote despierta.

No hay alguien más perfecta,
nadie a quien desee a mi lado.
En este cielo alborotado,
que me llene y envuelva.