La helada bruma se acercó.
Las estrellas iluminaban dos cuerpos.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
Callaban la pesadez de mi alma
y los gritos de mi voz.
Mi piel y mi carne se hicieron pedazos
y mi corazón se quebró por partes.
En esta tranquila noche me vi desnuda ante ti.
Arrepentida e inconsciente de mi muerte;
hundida en tu anhelo
encontré que me habías matado.
Te adelantaste, me asesinaste,
y en esta noche muero por amor.