La desmedida quietud nocturna
junto al ensordecedor silencio
tienen por mala costumbre
reavivar en mí los recuerdos.
La nostalgia se hace presente,
poco a poco impregna mi ser,
escudriño a fondo en mi mente
momentos que te hagan volver.
Desorbitadamente quieta está la noche entre los dos… Y la cruda realidad es esta
desde aquel inesperado adiós.
¡Te extraño, padre, te extraño!
Se me hace pesada tu ausencia;
anhelo tenerte a mi lado
y abrigarme con tu sapiencia.