Llueve donde creí que el agua
no volvería a corroer.
Abriste la puerta y entramos
al hueco entre mundos.
Me amparo en el ruido que dejan
tus manos al irse,
al vacío silente de muerte y deseo,
a la suerte de saberte en mis surcos
para siempre.
Hablan las formas recreadas,
hablan los cuerpos transformados….
haciéndose uno cuando nadie mira,
haciéndose uno cuando miran mas no ven.
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