Sube por el sendero del monte
abierto entre la nieve.
Desnudo, helado, pero alegre
porque va a encontrarse con su amado.
Las rocas parecen estatuas blancas
y “hablan las formas recreadas”.
Llega a lo más alto y ve a su amor.
Desnudo, helado y tumbado sobre la nieve.
Sin respiración y con el cuerpo
lleno de grietas producidas por el frío.
El amado lo recoge, lo besa
y entabla una silente conversación con él
pues “hablan los cuerpos transformados”
e inertes.