En el jardín de noches calladas,
donde estrellas susurran sueños,
mi alma danza entre sombras,
tejiendo versos sin dueños.
Te escribo y sé que escribo,
para que no me leas…
palabras que huyen suaves,
como hojas en las mareas.
La luna guarda mis anhelos,
refleja en su luz mis penas,
cada línea un destello,
de amor que nunca suena.