Tras un golpe de realidad
todo parece irreal, despersonificado.

Y es en ese entonces cuando
hablan las formas recreadas,
hablan los cuerpos transformados
y alguien que se parece mucho a ti
me asegura que el abuelo ya es una estrella.

«Mírame a los ojos, mamá.
Dime que no eres tú
y dime que no es verdad.»