«Hablan las formas recreadas,
hablan los cuerpos transformados»;
los huesos secos reencarnados
hablan del hado y de sus hadas.

Álalos aún enlutados,
almas que fueron desterradas
y aguardan ser resucitadas
con el clangor de los enviados.

Pues su Creador oye que hablan,
oye el clamor, de los que hablan:
«Amén, Señor de los soldados,
por tu vigor somos rearmados».