En este instante
de cenizas húmedas
cautivo de infinitas ondas
en un universo de sombras,
náufrago en el insomnio y la noche
del rumor de las horas inciertas
bebo los placeres más fieros
y embriago el alma del gozo eterno.
Porque te hice de la nada
de la sorpresa y el deseo,
no espero milagro prometido
ni perdón.
Tú me salvas.
Amen.