Leyendo por placer en un minucioso tiempo
acompañada por Asterión y mi encierro
la vejez expresó su abandono de siglos.
El recordar se expresa con palabra muda
y allí la sagrada imagen se torna difusa
cual alegoría sosteniendo mi planeta
que la humanidad de a poco deshabita.
Descomunal ofensa decirle al hombre viejo
¡vives en la luna!
Te escribo y sé que escribo
para que no me leas
me lo digo para mí en el día de mañana
cuando perdida y desnuda
el ser humano de paso a solo instinto y saliva.