La Distancia del Enojo
Llueve sobre los techos,
Y la noche negra tapa con su manto.
Es un real siniestro el lagrimeo del cielo,
Mientras ella duerme en el otro cuarto.
Desorbitadamente quieta
Está la noche entre los dos cuerpos:
El mío, abrasado por dulces recuerdos
Y el tuyo, entre mis brazos, no lo tengo.
Estamos tan cerca y tan lejos,
Matando el amor, bajo el mismo techo,
Mientras el aguacero remoja las almas,
Gritan, con ansias, las ganas del cuerpo.